viernes, diciembre 8

CELULAS

Células. Malditas células. ¿Por que no se van y me dejan tranquila? Pensé que ya me había librado de ustedes, pero no. Insisten en aparecer... ¿no creen que es innecesario tanto egocentrismo? Les aseguro que no por alejarse un tiempo (considerable, por cierto) las olvidaría. Se los garantizo... aunque hace ya rato que no me dejan hacer la prueba.

Creo sinceramente, que las detesto. Perdón por la franqueza, no puedo evitarlo. El problema es que no sé si son cobardes o demasiado generosas. Claro, porque siempre atacan a las personas que quiero, pero no se meten conmigo.

¿Que les pasa? Parecen una epidemia. En todos lados se sabe de ustedes. Y traen miedo, pena, impotencia. Claro, "hacen pensar y tomar conciencia"... pero ¿no hay un mecanimo un poquito menos invasivo y doloroso? ¿Por qué no gastar las energías en encontrarlo?

FRAGILIDAD



Miro el tiempo y se deshace. Me desafía. Me enfrenta. Aprisiona mis miedos en cajas de acero. No sé como encerrarlos para siempre, ni menos, como dejarlos salir sin que duelan.

Mi alma se cree fuerte. Por alguna razón siente que está preparada para el dolor... pero yo me niego a la posibilidad de probarlo.

Constato que todo puede durar un segundo y se pierde el sentido de tantas cosas. Se gana el de tantas otras. Algunas preocupaciones se desvanecen de esterilidad. Otras obligan a levantar los brazos y a caminar antes de que sea tarde.

Abogo por un poco de calma. Me detengo a respirar profundo para no caer. No quiero autoboicotearme, pero es tan fácil poder hacerlo. Fragilidad. Fragilidad del tiempo, fragilidad de mi.

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